domingo, 18 de agosto de 2013

Los disruptores endocrinos

89 científicos de todo el mundo, entre ellos siete españoles, han firmado la "Declaración de Berlaymont" pidiendo a la Unión Europea una legislación sobre los "disruptores endocrinos" y mostrando la enorme preocupación de la comunidad científica sobre la presencia de estas sustancias químicas en todo tipo de productos de uso cotidiano.
Hasta ahora no se ha legislado siguiendo las opiniones científicas, sino anteponiendo los intereses comerciales a la protección de la salud de los europeos.
Hablamos de sustancias que se utilizan para hacer plásticos, pesticidas, plaguicidas, compuestos retardantes de llama. Dentro de los plásticos uno de los componentes "disruptores endocrinos" sobre el que más se ha estudiado es el bisbenol A, que se encuentra desde CDs a empastes dentales pasando por equipos médicos o tapones de botella. El bisfenol A ha sido detectado en el 93% de los americanos analizados en diversos estudios. Se ha encontrado también en fetos, en los cordones umbilicales, en el líquido amniótico o en el tejido ovárico.

Lo que hacen es engañar al sistema de regulación endocrina y alteran seriamente todas las funciones que son reguladas por hormonas, muy especialmente en el desarrollo, adolescencia y vida fetal. Son responsables del aumento, en algunas zonas, del cáncer de mama, tiroides y próstata; de la pubertad precoz en niñas y de la caída de la cantidad y calidad del esperma; malformaciones genitales; infertilidad u obesidad... Persistiendo en las dos o tres generaciones siguientes.

31 organizaciones, de toda la Unión Europea, han iniciado una campaña para aumentar la sensibilización de los ciudadanos sobre los efectos sobre la salud de los disruptores y pedir a las autoridades españolas y europeas la eliminación de estos contaminantes.

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