miércoles, 24 de julio de 2013

Rotondas por que si

El “Comité Antinuclear y Ecologista” de Salamanca considera que la política de movilidad del Ayuntamiento de Salamanca hace tiempo que dejó de ser un intento para que entidades, instituciones y agentes sociales participasen de la redacción de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible, debido a que el Consistorio está tomando medidas con inmediatez, sin consultar y de dudoso acierto.

Además de la ya emprendida para dotar al barrio de Prosperidad de cien nuevas plazas de estacionamiento en la vía pública -que como advirtió esta organización se llenarían inmediatamente debido al efecto llamada-, el Ayuntamiento acaba de anunciar la remodelación y creación de un significativo número de rotondas con el pretexto de “mejorar la movilidad, la fluidez del tráfico, la seguridad vial, para acortar los tiempos de recorrido de los autobuses urbanos, favorecer el tráfico transversal frente al acceso directo al centro de la ciudad y reducir la contaminación”.

Con tantos beneficios cabe preguntarse por qué no se ha hecho antes. La realidad no es idílica y constata que la creación de rotondas perjudica a los autobuses, por la dificultad del giro; a las bicicletas por la inseguridad que lleva el libre acceso a estas intersecciones; y a los peatones, al verse obligados a realizar grandes rodeos en su trayecto.


Un claro ejemplo de esta última circunstancia puede observarse en la Plaza de España, paradigma para los dirigentes municipales de lo que debe ser una rotonda, donde la nueva organización obliga a los peatones a realizar mayores rodeos y a inhalar el humo de los vehículos que se ven obligados a detenerse sobre el paso de peatones.

El Ayuntamiento no puede creer que las rotondas son la solución universal porque cuando se beneficia al vehículo privado, irremediablemente, se perjudica al resto de actores que tienen mayores dificultades, son minoritarios o más débiles.


La inmediatez y seguridad con la que se ponen en práctica medidas en favor del vehículo privado, contrasta con la pereza con la que se toman medidas en favor del peatón, la bici o el bus urbano. Medidas que pronto tendrían efectos positivos sobre esos medios y que cumplirían con los objetivos del Plan de Movilidad para convertir a Salamanca en una ciudad “más sostenible y que ayude a reducir el consumo energético y las emisiones de gases contaminantes”.

Si bien la redacción del Plan de Optimización del Transporte Urbano fue dialogada con los miembros de las diferentes mesas sectoriales, sin que por ello el Ayuntamiento se viese obligado a cambiar su guión, mucho teme el “Comité Antinuclear y Ecologista” que esta forma de hacer las cosas cambie próximamente y el proceso se acelere, toda vez que el Ayuntamiento ya ha cogido las ideas que más le convienen de entre las aportaciones que ha recibido.

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