En las próximas semanas las efemérides nos recordarán el Accidente de Fukushima (Japón, 11 de marzo de 2011), el Accidente de Three Mile Island (Harrisburg, EE UU, 28 de marzo de 1979) y el Accidente de Chernóbil (Ucrania, 26 de abril de 1986). Que no queden en el olvido. Mucho menos ahora, ante la peligrosa e insostenible política energética del Gobierno que relanza la energía nuclear con la prórroga de la vida de las centrales nucleares, el cementerio nuclear de Villar de Cañas, la ampliación de El Cabril y la minería del uranio en Salamanca.
En España también tenemos nuestra catástrofe: accidente de Vandellòs I (Tarragona, 19 de octubre de 1989).Esa política se complementa con el ataque a las energías renovables, el apoyo a los combustibles fósiles (prospecciones y fracking) y el aumento de la pobreza energética y de los beneficios de las eléctricas.
El modelo energético que propone el Gobierno pone en vilo nuestra supervivencia.Es necesario redoblar esfuerzos y denunciar la situación: informando de que existe otro modelo energético, que no es nuevo, pero si es sostenible.
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