Lo que se aprecia en la fotografía son unos columpios junto al Puente Juan Carlos I. Rodeados de matorral quemado en un incendio no muy lejano, los columpios tenían como fin entretener a los niños y niñas que junto a sus felices familias vivirían en los grandes bloques de viviendas que a lo largo de la Avenida de la Serna iban a ser construidos. Pero la crisis inmobiliaria pudo más y sólo permitió centrar los esfuerzos en acabar el bloque iniciado junto a la antigua N-501 por lo menos se acabó uno y sirvió. De lo contrario ahora tendríamos un bonito paseo entre esqueletos de hormigón que bien podrían inspirar al artista
Luis Veloso Clemente.
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