El Ayuntamiento de Salamanca está elaborando el proyecto llamado Tormes+ financiado (50%) por el FEDER de la UE bajo unos parámetros determinados que el consistorio pretende meter con calzador para forzar su financiación.
Alguno de los ejes y estrategias fundamentales del proyecto se basan por un lado en la participación ciudadana y a través de las asociaciones relacionadas con los objetivos planteados y el llamado desarrollo urbano sostenible centrado en los retos ambientales como desarrollo del ahorro y la eficiencia energética en la actividad municipal, fomento del transporte público y el aumento de desplazamientos en bici y peatonales o configurar el Tormes como un espacio de oportunidades.
Pues bien tanto en el fondo como en la forma este proyecto presenta graves carencias relacionadas tanto con la participación ciudadana como por la sostenibilidad. Sabido es que en Salamanca la movilidad urbana es insostenible y presenta una preponderancia anacrónica del automóvil individual frente al transporte público, en bici o peatonal. Por otro lado resulta incomprensible cómo se ha marginado deliberadamente de la participación en este proyecto a las organizaciones ecologistas que llevan décadas luchando por la sostenibilidad desde cuando este término era tachado por quienes hoy gobiernan la ciudad como radical. Ahora, tanto la participación ciudadana como la sostenibilidad, son dos premisas necesarias para que el FEDER financie este proyecto. No cuestionamos la presencia de muchos de los colectivos que sí han sido citados por más que algunos de ellos no tienen mucho que ver con las áreas de actuación, pero es evidente que los colectivos ecologistas deben de estar presentes en la participación directa para el desarrollo de este proyecto.
Esa es la razón por la que la mayor parte del presupuesto se lo lleven, como siempre, obras de infraestructuras de cemento, desbroce, y construcción de aparcamientos que llenen la ribera de asfalto y promuevan el uso indiscriminado del automóvil contraviniendo los propios objetivos programáticos cacareados en su introducción. En ningún aspecto práctico este proyecto cuestiona el aumento del uso del automóvil en la ciudad que tanto contribuye al incremento de los gases del efecto invernadero entrando en contradicción con sus propios objetivos.
Cínicamente y para lavar la imagen, introduce con calzador, unos aerogeneradores para dar la imagen de sostenibilidad, cuando el propio partido del ayuntamiento está persiguiendo y reprimiendo la implantación de energías alternativas en el estado español.
Para más despropósito, este proyecto se solapa con el Plan Especial de Protección del Río Tormes anulado por los tribunales por carecer de Estudio de Impacto Ambiental.
Desde el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca condenamos la exclusión, nada inocente, de este colectivo así como de Ecologistas en Acción de Salamanca y SOS Tormes, colectivos de probada trayectoria en materia de participación en la ciudad de Salamanca en materias relacionadas con el urbanismo y el desarrollo sostenible.
Por lo que exigimos al Ayuntamiento, que, en la medida de lo posible, rectifique y convoque a las asociaciones ecologistas a cuantos trámites de participación se implementen en la ejecución del proyecto TORMES+.
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