Una de las mejores formas para ahorrar pasa por los sistemas individualizados. Que permiten cortar la calefacción si algún día no se está en casa, alguna estancia no está habitada e incluso regular su funcionamiento en favor de calentarnos utilizando más ropa de abrigo.
Además de un sistema eficiente de calefacción, debemos preocuparnos por el aislamiento para no perder calor ni recibir frío: fachadas, ventanas y puertas serán objeto de nuestra atención.
Pero quienes disponen de servicios centrales en su Comunidad de Vecinos viven en otras circunstancias como compartir los gastos de mantenimiento, la desatención o tener que sufrir demasiado calor o demasiado frío según en qué piso se vive. Con este sistema la capacidad de ahorro es muy reducida ya que los administradores no se molestan en regular el consumo dependiendo de los días. Lo ideal sería regular la calefacción de acuerdo con la hora del día, la meteorología, la duración de los días y el momento del año. Lo correcto sería quitar el frío y no dar calor para que de forma individual cada cual asuma sus excesos de otra forma.
En el aspecto económico la cuota es fija o proporcional de acuerdo con unos coeficientes, si bien siempre se puede estudiar el mercado de proveedores. Pero si los vecinos consideran pueden establecer formas más justas a partir de las cuáles se podría realizar un consumo más racional del recurso, por ejemplo, estableciendo contadores individualizados como ya existe para el agua. Desde el año 2017, los hogares españoles tendrán contadores individuales, conociendo su gasto real. Las segundas viviendas, casas con poca actividad, propietarios que pasan pocos días en ellas por viajes, trabajo, etc., serán quienes se vean más favorecidos por esta medida.
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