Triste, inhóspito, desierto y "como un solar", así ha quedado el Parque de los Jesuitas tras la innatural poda acometida semanas atrás y deja sin sombra toda la zona de juegos infantiles. Una sombra que no recuperarán hasta que pasen varios años (y si antes no vuelven a ser podados).
Se trata de una TALA ideológica porque nuestros mandatarios odian los árboles. Aquí no vale decir que las ramas se metían por las ventanas, o que había alguna que podía caerse sobre alguien. Aquí han cortado por lo sano (nunca mejor dicho).
Si además de quitar sombra resulta que en las inmediaciones se encuentra una fábrica química como MIRAT, más justificado que nunca está que haya árboles, muchos árboles, que se hagan con toda la contaminación del aire.
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