El próximo día 11 se cumplen tres años desde el accidente nuclear de Fukushima, un desastre de magnitudes aún incalculables que, por arte de magia, ya parece completamente superado y lo que es peor, olvidado. Nuestra recomendación es el libro "Los santuarios del abismo. Crónica de la catástrofe de Fukushima" de Nadine y Thierry Ribault (investigadores franceses que mantienen estrechos vínculos con Japón) que ha editado Pepitas de Calabaza.
A través de las iniciativas y las tribulaciones de su amigo el compositor Wataru Iwata, fundador resuelto —y en seguida perplejo— del grupo «Proyecto 47» y de un «Laboratorio ciudadano para la medición de la radioactividad», Nadine y Thierry Ribault realizan una
Esta publicación es una crónica documentada, lúcida y estremecedora a la vez, del desastre nuclear de Fukushima. Pero además, sus autores, explican la génesis de la industria nuclear nipona, muestran la impericia de un Estado ante una catástrofe real, destapan los tejemanejes publicitarios de los ecologistas pronuclearistas y describen la actividad "humanitaria" de los clanes yakuza.
Este libro viene a confirmar que la supuesta "tradición" en la que se basan las loables actitudes propias de la cultura japonesa como la impavidez, la valentía, el estoicismo, etcétera —y que, al parecer, son monopolio de una sociedad tan avanzada— no son sino las exigencias mínimas de la más moderna de las sumisiones.
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