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miércoles, 13 de marzo de 2013

La Europa de las personas

Este sábado, 16 de marzo, a las 19:00 horas, tendrá lugar en la Plaza de Anaya una concentración contra la Unión Europea de los mercados y en favor de una Europa de las personas.

Está convocada por varios colectivos de nuestra ciudad que defienden un nuevo modelo decididamente favorable a los ciudadanos a través de la democracia directa, que ponga en el centro a las mujeres y los hombres. Que cambie competitividad por cooperación, individualismo por apoyo mutuo, opresión y patriarcado por igualdad, que haga efectiva la soberanía popular. Una Europa de las personas y los pueblos que se imponga sobre los mecanismos del egoísmo y el canibalismo económico.

Luchamos por la libertad contra la tiranía de falsas democracias y de un sistema económico que solo sirven para perpetuar las desigualdades y las injusticias. La Unión Europea no es un proyecto social, su fin último es aumentar la competitividad de los grandes bancos y empresas en los mercados mundiales, y con ello sus ganancias. La maximización del beneficio capitalista por encima de cualquier derecho social o ecológico. Por ello en Bruselas hay 15.000 lobbistas, y la gente de la banca se coloca en altos cargos en los gobiernos nacionales y en las cúpulas de organismos como el FMI o el BCE. Por ello los presidentes y ministros acaban en los consejos de administración de estas empresas y bancos.

Las políticas europeas y nacionales son diseñadas por el Consejo Europeo y la Troika, formada por instituciones no democráticas (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI). Los tratados y pactos europeos son firmados por los jefes de estado sin consultas a la ciudadanía. Los Tratados de Maastricht y Lisboa, el Pacto por el Euro, el Pacto Fiscal, el MEDE… son los acuerdos que imponen la reforma laboral, los recortes en prestaciones y servicios sociales, la privatización de empresas y servicios públicos, el aumento de los impuestos a las clases medias y bajas, las ayudas a la banca con dinero público, la priorización en el pago de la deuda ante cualquier gasto social, o la propia pérdida de soberanía a favor de la Troika.

No queremos una UE que oprime a las personas y explota los ecosistemas en beneficio de unos pocos; que controla a la ciudadanía por medio de la manipulación de los medios de información y la represión policial; que con tratados de libre comercio, supuestas ayudas a la cooperación e intervenciones militares apoya dictaduras, apartheids y ocupaciones, y abre brecha para que las transnacionales expolien a pueblos enteros y sus recursos. No queremos esta UE legitimada por gobiernos contrarios al pueblo y la democracia. Exigimos alternativas, pasos decididos hacia un nuevo modelo al servicio de las personas.

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