Páginas

viernes, 29 de marzo de 2013

El Tormes secuestrado

Recientemente, en el Periódico Diagonal, los compañeros de la Asociación Centaurea recordaban que el río Tormes, en su tramo bajo, es un río secuestrado por la explotación abusiva que realiza la empresa Iberdrola. El caudal del río se seca y se incumple la normativa.

Los 17 kilómetros entre la presa de la Almendra (2600 hectómetros cúbicos de agua del Tormes) y la desembocadura en el Duero permiten calificar al Tormes de "arroyo". Una situación que se remonta a 1970 y que se mantiene oculta al estar alejada de núcleos urbanos importantes.




El agua que la presa deja escapar es sólo el 1:120 del caudal que debería circular, por lo que el impacto ecológico es terrible y objeto de la estrategia nacional para la recuperación de caudales en los ríos de nuestro país.
El pasado día 27 era noticia que el Consejo Nacional del Agua informaba favorablemente del Plan Hidrológico del Duero, lo que supondrá para el bajo Tormes el establecimiento de unos caudales mínimos que se fijan en 67,5 Hm3 anuales en años pluviométricos normales, frente a los, aproximadamente, 10 Hm3 actuales, con aportaciones que irán de los 2,6 m3/s en el mes de abril a los 1,8 m3/s del mes de agosto. Para establecer en mayor medida su significado, cabe señalar que la aportación que recibe el cauce del Tormes de la presa de Almendra es en estos momentos de, aproximadamente, 0,4 m3/s.

El Plan Hidrológico del Duero (PHD) establece como plazo el año 2015 para su ejecución, lo cual indica que a partir de este momento la Confederación Hidrográfica del Duero podrá en mayor medida exigir a la empresa Iberdrola que agilice la ejecución del proyecto para la creación de un dispositivo de evacuación que permita cumplir lo exigido en este documento.

En estos momentos por el bajo Tormes circula un caudal del 1% de su régimen natural, cuando este valor debería alcanzar cerca del 20% según la ley por la que se concedió su aprovechamiento.

Esto ha tenido como consecuencia una degradación de su entorno natural sin precedentes en ningún río europeo, unas circunstancias a las que se ha sumado la explotación del Duero con los embalses de Bemposta (Portugal) y Aldeadávila, principalmente el primero desde que hace dos años procedieran a la excavación del cauce de este río en más de dos metros de profundidad y donde vierte sus aguas el Tormes. Este hecho ha propiciado que el estuario del Tormes se haya convertido en una balsa permanente de agua incapaz de desalojar del lecho los sedimentos que depositan en esta zona las crecidas del Duero y materiales vegetales inertes y despojos que se acumulan entre una desmesurada vegetación, y todo esto en una zona ZEPA y perteneciente al Parque Natural Arribes y al Douro Internacional.

Las circunstancias enumeradas han ocasionado la terrestrificación del cauce del Tormes y la irrupción de especies arbóreas que invaden el lecho del río hasta casi cegar su cauce en algunos tramos, lo que ha derivado en la ausencia casi total de fauna piscícola, especialmente de aquellas más emblemáticas como son barbos y bogas, lo que –a la postre– infiere en el hábitat de otras especies situadas en la cúspide de la cadena trófica como la cigüeña negra, la nutria o el martín pescador.

Iberdrola ya trabaja en la creación de un minigenerador de 1Mw de producción que irá colocado a pie de presa al objeto de evacuar un mayor caudal. La realización de este proyecto permitirá regular el caudal a desalojar a los rangos hidrológicos naturales dependiendo de la estación y mes del año. Que sea verdad, aunque sea insuficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario