Como lo son las inversiones, cuidados, medios, personal y la atención, esfuerzo e interés que las distintas administraciones ponen en la lucha contra los incendios. Este ha sido el primer verano con recortes en partidas de prevención y lucha contra incendios. Los próximos serán peores, tanto en la prevención como en la extinción.
La Asociación Nacional de Empresas Forestales (las que contratan los gobiernos para labores antifuego) calculó que el gasto en gestión y conservación ha bajado un 50%.En esta materia, un poco de dinero puede significar el todo o la nada. Las administraciones están minusvalorando y confían en la suerte. Por ello este año los responsables institucionales han cargado las tintas contra los pirómanos -el 55% de los incendios fueron intencionados- con el fin de desviar la atención sobre la responsabilidad que ellos ostentan. ¿Será posible que para no culpabilizar a los políticos vayan a seguir existiendo los pirómanos?.
El año que termina ha sido especialmente perjudicial para las áreas naturales protegidas: la Zona de Especial Protección de Aves de Sierra Martés y Muela de Cortes, el Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Alto Palanca y Sierra Calderona, la ZEPA de Alto Turia-Sierra del Negrete, la Sierra y Vega del Segura y Ríos Alhárabe y Moratalla, el Parque Nacional de Garajonay y la ZEPA Encinares del Alberche y el Cofio.
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