Este colectivo comienza sus objeciones al Plan de Movilidad Sostenible (PMUS) poniendo en evidencia la gran incongruencia que hay entre el alegato inicial del documento "Propuesta del PMUS" que comienza definiendo teóricamente como objetivo principal de dicho proyecto “la implantación de formas sostenibles de desplazamiento más sostenibles” "disminución del tráfico de automóviles, etc" cuando más adelante, en las propuestas concretas formuladas por los redactores del Plan se desprende que el objetivo real es, una vez más, dar prioridad al modelo basado en el automóvil privado. Y si no, ¿cómo es posible el hecho de que la mayor parte de las inversiones de dicho proyecto vaya destinada a la construcción de aparcamientos en la ronda interior de la ciudad?.
Es indiscutible que se pretende seguir con una política continuista (y por lo tanto insostenible) semejante a la actual, en vez de potenciar un modelo basado en los peatones, el transporte público y la bicicleta.
Igualmente la asociación ecologista denuncia que este plan de inversiones tiene como finalidad fomentar el negocio privado de algunas constructoras -ahora que el mercado inmobiliario está estrangulado- y no lo que realmente debería fomentarse, la movilidad sostenible.
El Comité Antinuclear después presenta una pormenorizada relación de actuaciones concretas para la mejora de la movilidad peatonal, el transporte público y la bicicleta, mejora de los viarios urbanos y aparcamientos para vehículos.
Sobre el primer aspecto, la movilidad peatonal, plantea la progresiva peatonalización de toda la ronda interior; la mejora de la peatonalización de la ronda exterior y acortar los trazados para evitar los rodeos de los viandantes, especialmente en las rotondas, aún en detrimento de los automóviles.
Presentan también propuestas para mejorar el transporte público, como creación de carril-bus exclusivo en viarios estratégicos como Avd. Mirat, Gran Vía o Torres Villarroel, etc, y el puente Enrique Esteban; mejorar los accesos en las paradas, las señalizaciones; mejora y ampliación de líneas y recorridos y potenciar la intermodalidad, especialmente con el transporte del alfoz.
Sobre la bicicleta, opina que queda mucho aún mucho margen para potenciar este medio de transporte ganando espacios en la calzada frente al coche y no en las aceras; conseguir que la red de carriles sea una red integrada y con unidad y no segmentada y permita el acceso al centro de la ciudad. Regular el paso en bici por zonas peatonales evitando su prohibición, aumentar el número de aparcamientos y ampliar las bases de las bicis municipales, mejorando igualmente la señalización para proteger el ciclista frente al automóvil.
Se propone además, pacificar el tráfico, poniendo pegas y obstáculos al automóvil, disuadiendo su acceso al centro, (aparcamientos disuasorios) y cerrando algunas calles para evaporar los desplazamientos en coche.
Sobre aparcamientos defiende que no se deben aprobar nuevos aparcamientos en la ronda interior; cambiar de rotación a residentes los ya instalados en el centro y evitar la destrucción de zonas verdes y parques con la construcción de nuevos aparcamientos, especialmente el Parque de Garrido cambiando su ubicación.
Por último no es posible olvidar una mayor y auténtica protección del recinto histórico frente a la agresión del tráfico rodado y cuestionar los límites arbitrarios que contempla el PMUS del casco histórico del que se excluyen zonas como el entorno del Bretón y Plaza San Cristóbal.
Sobre el centro de recepción de turistas, rechaza tambien la propuesta de la calle Balmes y plantea como alternativas: Reyes de España, el Paseo de San Gregorio o Gran Vía.
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