martes, 4 de septiembre de 2012

La Feria de Día es medioambientalmente insostenible y generadora de conflictos

El Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca, ante la inminente celebración de la Feria de Día, quiere expresar su más enérgica repulsa a la celebración de un evento que es posible gracias a la ruptura de algunos de los valores que deben residir en una sociedad avanzada, respetuosa, sana y responsable con sus acciones.

El estímulo hacia el consumo de alcohol, la ocupación de espacios públicos y la generación de ruido y residuos, entre otros desmanes consentidos, jamás deberían estar autorizados “por ser las fiestas patronales”. La fiesta de todo municipio debe estar basada en el ocio, en el encuentro y en actividades extraordinarias pero siempre teniendo como premisa que los derechos de cada persona terminan donde empiezan los derechos de los demás.

Durante los próximos días la Ordenanza Municipal de Prevención del Alcoholismo y Tabaquismo, la cual prohíbe la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, carecerá de vigor debido a la excepcional autorización. Un grave paréntesis para una actividad sancionada en cualquier otro momento del año, puesto que se entiende que siempre es insana y rompe con una convivencia ciudadana armoniosa.

De igual forma, la Ordenanza Municipal de Protección de Zonas Verdes y Arbolado Urbano, en la cual se llega a hacer referencia a la acumulación de desperdicios y materiales en dichos lugares, verá cómo sus artículos 17 (“Todos los ciudadanos tienen derecho al uso y disfrute de las zonas verdes públicas...”) y 18 (“Los lugares y zonas verdes a que se refiere el presente título tendrán la calificación de bienes de dominio y uso público, y no podrán ser objeto de privatización de uso en actos organizados que, por su finalidad, contenido, características y fundamento supongan la utilización de tales recintos con fines particulares, en detrimento de su propia naturaleza y destino”) serán papel mojado.


Qué decir de la Ordenanza sobre Protección de la Convivencia Ciudadana en la que se hace referencia a múltiples aspectos de este ámbito: ruidos, respeto a lugares públicos y mobiliario urbano que serán utilizados de forma debida sin impedir el disfrute por parte de otros ciudadanos, gestión de residuos, utilización de vías públicas para el normal tránsito de personas...

Pero en toda Ordenanza siempre existe la excepcional autorización para uso subjetivo e indiscriminado de las autoridades de turno. Se podría rescatar para ello el artículo 16.3 de la Ordenanza de Ruidos, y que dice así: “Las prohibiciones establecidas en los apartados anteriores no regirán en caso de alarma o emergencia, durante la celebración de festejos tradicionales o cuando razones de interés público o social así lo aconsejen”. Dicha Ordenanza, que es muy detallada, llega a establecer Zonas de Especial Protección Acústica debido al deterioro de las mismas, entre ellas, varias serán “zonas de feria”.

Referente a los ruidos, cabe reseñar que la Ley del Ruido de Castilla y León establece que el horario nocturno comienza a las 10 de la noche. Las casetas de la Feria de Día salmantina, según el Ayuntamiento de Salamanca, podrán emitir música hasta las 00:30 horas a lo largo de 9 horas y media cada día. Teniendo en cuenta que dichas casetas se encuentran en el casco urbano el impacto sobre domicilios, lugares de trabajo y centros educativos, es obvio.

Durante tres semanas, del 30 de agosto al 19 de septiembre, muchos salmantinos que habitualmente disfrutan de los parques y zonas verdes de nuestra ciudad (Concilio de Trento, Plaza de Colón, Plaza de los Bandos, Parque de la Alamedilla, entorno de la Iglesia de San Juan de Sahagún, Plaza de Santa Eulalia,...) verán usurpados sus derechos (al paseo y al uso del mobiliario urbano) en favor de la mal entendida “fiesta patronal”, que simplemente es negocio privado.

A ello debemos sumar la instalación de casetas en las inmediaciones de colegios de primaria; el vaciado de establecimientos hosteleros; los problemas generados por el suministro diario; el uso de un millón de platos, vasos y cubiertos de un solo uso; y los agresivos métodos de limpieza de la vía pública. La Feria de Día es, y será, medioambientalmente insostenible; y por ello su celebración debe ser censurada.

Llegada la novena edición, por primera vez, el Ayuntamiento impone una tasa -simbólica- a cada caseta, lo que no da permiso a poder manchar: porque por manchar, o generar ruido, no se paga. Otra novedad que se anuncia es la realización de informes, orientativos e informativos para cada propietario, sobre calidad y seguridad alimentaria. Una promesa que se repite cada año (como otras) y que afecta a la higiene, las condiciones de almacenaje, exposición... y que cuyo cumplimiento se antoja difícil.

El Ayuntamiento de Salamanca debe reconsiderar este evento, desvincularse del mismo y no autorizar su celebración en el casco urbano de Salamanca. Más allá de las infinitas excepciones (algún límite habrá) a las Ordenanzas, de las molestias y residuos que genera... no debe olvidar otros aspectos como definir cuál es la imagen turística de Salamanca.

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