Probablemente no haya una institución más importante que la escuela y función más valiosa que la del maestro, o maestra. Una comunidad realmente sana y culta debería velar por la escuela, manteniéndola al margen del negocio, de los intereses de estado y de las luchas fraticidad de la política o de las diferentes divinidades, credos o dioses.
Philippe Falardeadu ha dirigido una películas con alma, Profesor Lazhar y ya sé que es imposible pero debería el Ministerio de Educación o las consejerías de educación correspondientes hacerse con los derechos y programarla para ser proyectada en todas las escuelas, y varias veces en las reuniones de las asociaciones de padres y madres.
Continúa en el blog "El séptimo vício" de Javier Tolentino.
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