Para esta Asociación toda mejora en ese servicio servirá, sin duda, para reducir los vehículos privados en circulación y en consecuencia los problemas de tráfico, de contaminación y de integración de clases de sociales. El servicio actual, estructurado hace más de veinte años, es obsoleto y aunque se ha ido adaptando (no siempre para llegar a más personas) a los cambios de la ciudad, debe volver a ser pensado, desde cero, integrando el servicio municipal con el comarcal o interurbano.
El Comité Antinuclear y Ecologista apunta algunas mejoras que el servicio público de transporte ya debería haber adoptado:
- integración del servicio municipal e interurbano;
- reestructuración de líneas, creación de nuevas líneas, nuevos recorridos...;
- vías para uso exclusivo de transporte público (Calle San Pablo y Puente Enrique Esteban) y carriles (Gran Vía y Avda. Mirat);
- mayor dinamismo y adaptabilidad de las líneas (hora de comienzo, de finalización, recorrido, capacidad del autobús...) puesto que no todas son iguales y tampoco lo son en todos los momentos del día y de cada día;
- mejora en la información: divulgación actualizada del plano de líneas (paradas, autobuses, nuevas tecnologías...) y del recorrido de cada línea, información del tiempo de espera en todas las paradas existentes y no sólo en algunas de las más concurridas. Resulta increíble a estas alturas que por la noche los mapas no sean legibles por falta de luz o por el tamaño de los símbolos.
Las políticas que hasta ahora se vienen practicando, han invertido en infraestructuras bajo la excusa infinita de dar más espacio y comodidad al vehículo privado; alimentando de esta forma el problema, a la vez que agrandando su dimensión. Es hora de invertir dinero y dedicar tiempo al servicio público de transporte colectivo y de hacerlo con la intención de reducir el número de vehículos privados existente. Esa inversión, como ya se estudia en Madrid, debe proceder de la recaudación de impuestos y sanciones al vehículo privado; y no del bolsillo de quien, con sus impuestos y su billete, apuesta por una ciudad más sostenible. El abuso del coche debe ser penalizado en favor del usuario del transporte público.
El Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca propone que el nuevo Plan de Movilidad de Salamanca sirva para establecer un calendario en la peatonalización de nuevas calles; dar mayor prioridad, espacio y seguridad a los peatones; reducir el uso del vehículo privado en los desplazamientos urbanos; generar una nueva cultura de la bici; e implantar un servicio de transporte público colectivo de carácter comarcal y a la altura del siglo XXI y de la ciudad actual. Con todo ello, se hará de Salamanca una ciudad más sostenible y saludable para todos sus vecinos y más eficiente para el propio consistorio.
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