Salamanca, una ciudad deforestada en las últimas décadas, sigue persiguiendo a los árboles; antes considerados objetos de decoración, ahora, definitivamente, eliminados de muchas calles y plazas del centro.
La imagen corresponde a un alcorque situado en la Ronda de Sancti Spiritus. Parece que el adoquín da más sombra y embellece más la calle
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