La construcción de una nueva vía (Calle Jardines) de tres carriles, alternativa a la circulación por el Paseo de San Antonio, debería tener como consecuencia la eliminación de un carril en el Paseo de San Antonio en su confluencia con Paseo de Canalejas y, por tanto, una inmediata ampliación de sus aceras.
No tiene sentido emprender costosas obras puntuales, como la de la calle Jardines, cercana a los cinco millones de euros, si no repercuten en la ciudad y en sus habitantes (mayoritariamente peatones). Por ello esta organización confía en que el Ayuntamiento de Salamanca lleve a cabo una ampliación de las aceras del Paseo de San Antonio, y que en el futuro Plan de Movilidad queden reflejados unos derechos mínimos para los peatones referentes al espacio necesario para su movilidad.
De igual forma en las calles Azafranal, Dean Polo Benito y Pozo Amarillo debería suprimirse el aparcamiento de vehículos a fin de ensanchar las aceras. Esta medida, además de mejorar la imagen, la calidad del aire, reducir ruidos... en la ciudad de Salamanca, también mejoraría el tránsito de peatones en la zona comercial de la ciudad.
El "Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca" considera que los principales pasos de peatones (San Antonio – Sancti Spiritus, Alamedilla-Azafranal, María Auxiliadora – Toro, Torres Villarroel – Calle Zamora y Avda. Villamayor – Plaza de la Fuente) deberían dotarse de mayor frecuencia y de más tiempo para su uso. Es imprescindible otorgar más facilidades a los peatones, quienes más desplazamientos hacen y de forma más sostenible y económica.
El Ayuntamiento, dentro de sus políticas de movilidad, seguridad y de trabajo diario y constante por mejorar la calidad de vida de los vecinos de Salamanca, ya debería haber afrontado la problemática que presentan los cruces e itinerarios aquí citados.
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